Durante años, hablar de psicología organizacional en el entorno empresarial se limitaba a procesos de selección o pruebas psicotécnicas. Pero el mundo laboral cambió. Ahora, el bienestar emocional dejó de ser un beneficio adicional para convertirse en una necesidad urgente, directamente ligada a la productividad, la cultura organizacional y la sostenibilidad de los negocios. En ese nuevo escenario, el rol del psicólogo organizacional se redefine con una misión clara: poner a las personas en el centro.
Según el informe de Mercer Marsh, casi el 50% de los empleados se encuentran preocupados por temas como seguridad laboral o estrés financiero, presentando escenarios diversos como agotamiento emocional, conflictos entre vida personal y profesional, baja motivación y enfermedades asociadas al trabajo.
Lo que antes se identificaba como “cansancio” hoy se reconoce como burnout, un fenómeno que la Organización Mundial de la Salud incluyó oficialmente en su Clasificación Internacional de Enfermedades desde 2019. No se trata solo de fatiga física: es una desconexión progresiva del trabajador con su propósito, su entorno y su rol, que puede terminar afectando su salud, su desempeño y su vida personal.
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Frente a ese panorama, las empresas han entendido que cuidar a las personas es parte del negocio. El bienestar dejó de ser un “beneficio” y pasó a ser una estrategia. Aquí es donde la Psicología organizacional toma fuerza, su enfoque se ha transformado de forma radical en los últimos años, pasando del control a la empatía, del monitoreo a la creación de culturas organizacionales emocionalmente inteligentes.
Inteligencia emocional: la nueva competencia estratégica
Un estudio de la Universidad de Oxford demostró que los trabajadores felices son un 13% más productivos. Esta relación entre bienestar y rendimiento se evidencia especialmente en entornos laborales donde la colaboración, la adaptabilidad y el liderazgo emocional son tan determinantes como las habilidades técnicas.
Los psicólogos organizacionales deben ser expertos en desarrollar estas habilidades tanto en líderes como en equipos. Identifican dinámicas de poder, gestionan conflictos, diseñan espacios de escucha y acompañan procesos de cambio desde la comprensión profunda del comportamiento humano.
La Psicología organizacional también es innovación social
Más allá del entorno corporativo, la psicología organizacional se ha extendido a otros ámbitos donde el trabajo humano necesita transformarse: cooperativas, ONG, instituciones educativas, emprendimientos y organizaciones sociales. En todos estos espacios, el conocimiento psicológico se convierte en herramienta de innovación para mejorar la vida de las personas en sus contextos laborales.
Por eso, el enfoque de la UTB no es solo empresarial, busca formar profesionales capaces de intervenir en múltiples escenarios con una perspectiva ética, crítica y comprometida con el desarrollo humano.
¿Y el futuro? Más humanidad, más conciencia emocional
La automatización, la inteligencia artificial y los modelos híbridos de trabajo están redefiniendo las relaciones laborales. En ese contexto, el papel del psicólogo organizacional será aún más importante. Será quien recuerde que detrás de cada proceso, tecnología o meta de productividad, hay personas que sienten, se frustran, se motivan y buscan sentido.
Desde esa visión, la UTB sigue apostando por una formación que une lo técnico con lo humano. Porque las empresas del futuro, las que trascienden, no serán solo las más rentables, sino las que mejor entiendan a las personas que las hacen posibles.
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Formar psicólogos para liderar
Ante estos desafíos, las universidades también han tenido que adaptar su formación. En la UTB, el programa de Psicología combina fundamentos científicos con herramientas de intervención en cultura, liderazgo y salud mental.
Desde los primeros semestres formamos a nuestros estudiantes con mirada crítica sobre el entorno laboral. Promovemos la ética profesional, la comprensión de contextos diversos y el uso de metodologías participativas para generar cambios sostenibles en las organizaciones.
Además, el programa promueve espacios reales de práctica en empresas de la región, donde los futuros psicólogos acompañan procesos de selección, formación, evaluación del clima organizacional y diseño de estrategias de bienestar emocional.
Este enfoque es clave para conectar la formación con los retos del mundo empresarial actual. Muchos de sus egresados trabajan hoy en áreas de talento humano, salud ocupacional, consultoría en clima laboral, coaching organizacional y gestión del cambio.