Rodeada de una familia de músicos que la inspiraron a tocar la guacharaca y el acordeón fue justo el paso en el camino donde conoció su pasión por la danza y la cultura. La voz de la gente inspiró a Claudia a crear coreografías para las agrupaciones vallenatas, la práctica de realizar bailes en su recordado Colegio Liceo Paternina le funcionaron para convertirse desde sus 15 años en una reconocida coreógrafa del municipio de Arjona que la vio nacer y sus alrededores.
Ha sido un camino de logro tras logro, pero aquella mujer rubia, alta, con ojos azules brillantes, no olvida su recorrido para forjar su profesión en el baile y ser una guía o ejemplo para los niños y jóvenes que la siguen y forman parte de su academia y corporación.
Con mucho esfuerzo ha llevado su nombre al reconocimiento por su valioso talento y sin duda por la su inteligencia al momento de montar una coreografía, cada paso y movimiento es pensado para llegar a impactar a los jurados de los concursos y a la gente que asiste a eventos festivos.
Aún recuerda su primera participación en una revista gimnástica, junto a sus vecinos que estudiaban en el Colegio Cooperativo, fue su primer baile como “coreógrafa”, sin duda, fue el inicio de su éxito, la acogida fue tan grande que pasó a practicar hasta con tres salones de la institución. El esfuerzo era tanto que recuerda los regaños de su abuela, porque a veces eran hasta las 10 de la noche y Claudia seguía bailando.
Coreógrafa, maquilladora, diseñadora…
Para practicar los bailes se tomaba el espacio de la sala de su casa, las calles del pueblo e incluso los parques. Sin duda, para participar en este tipo de eventos se necesita de mucha pasión, son meses con largas jornadas que pueden llegar a ser hasta de 5 horas, dependiendo del concurso o evento, en ocasiones Claudia se le mide a tomar el rol de maquilladora, diseñadora, y por supuesto de realizar el baile.
Ha participado en diferentes eventos: desfiles del Colegio Bolivariano, la comparsa “Fiesta en Turbaco”, “Las Cumbiamberitas”, “Pininitos”, donde resalta el aprecio por la directora Luz Marina a su talento, también ha llevado el rol de practicar reinas para fiestas patronales y capitanas del Festival Bolivarense, resalta de este último que el baile debe ser netamente cultural, que se muestren los géneros musicales de este espacio, es decir, la puya, el porro y otras combinaciones del género. Para Claudia es como estar en su salsa, tiene en su sangre la combinación del acordeón y la guacharaca, lo que permite con facilidad sumergirse en el amor por este arte.
Entre los más de 60 grupos folclóricos y cabildos de diferentes instituciones educativas de la ciudad y de los corregimientos del Distrito que participaron en el Desfile Estudiantil, en homenaje a los héroes de la independencia, se destacó el aporte coreográfico de Claudia. Los niños de la escuela “Islas del Rosario” danzaron al ritmo de las raíces africanas, con movimientos que contagiaban al pueblo cartagenero que se apostó a un lado de la vía para disfrutar el evento. “Tanto fue el placer de los padres, que me dijeron que los guiara para los siguientes proyectos”, dijo.
Memorias de un talento
Todo tomó un rumbo cuando en el 2007 creó un show para un quinceañero y de ahí partió un grupo de baile, Corporación VIP, grupo que marcó la diferencia en su pueblo, donde anteriormente solo bailaban las comparsas “Oasis Cultural” y “Malí Cultural”, pero su factor diferenciador fue traer los nuevos géneros a la danza, como el dance hall, el atractivo perfecto para los jóvenes: con vestuario estilo colegial, con corbatas roja, camisa blanca y pantalón negro. VIP fue creciendo tanto que incluyó en su repertorio musical, champeta africana y música de tambores. En ese mismo año, obtuvo un paso más en su camino cuando legalizó su grupo como “Corporación Artística y Corporal de Arjona Bolívar” y tuvo la oportunidad de asistir al Carnaval de Barranquilla
A pesar de que las personas desconfiaran de su talento por la gran competencia que se requiere al participar por un premio con tanto renombre como es el Congo de Oro, siempre creyó que lo realmente valioso era la experiencia. Planeó el show cuidadosamente de inicio a fin, hizo un rompecabezas en su mente. Se escuchaba demasiado a Shakira, y un par de año atrás había fallecido el Joe Arroyo, así que su baile giraba en torno a la música de estos artistas. La fusión de estas ideas la llevó a ganar su primer Congo de Oro junto a la Corporación VIP en el 2013, aún su cuerpo se estremece al contar este logro, pues de miles de grupos que se presentaron, su grupo, sin tanto presupuesto, fue capaz de alcanzar este triunfo.
Danzar en valores
Claudia es una ilustre para aquellos jóvenes que entran en su corporación, aparte de la danza siempre les inculca a sus alumnos valores, que la danza sirva para su vida, e incluso gracias a su corporación varios alumnos han tenido la oportunidad de obtener becas universitarias. “Considero que es como un semillero, algunos de mis hijos en la danza hoy en día han creado sus propios grupos, comparsas y academias. Reconoce que muchos de los jóvenes ven la danza como un escape, la gran mayoría son jóvenes de bajos de recursos, de barrios como 5 de Noviembre, Sueños de Libertad y José María Córdoba, que para poder obtener presupuesto para participar en los concursos deben realizar actividades, rifas e incluso pedir, ya que nunca le han regalado nada, y aquí seguimos”, afirmó Claudia.
Como apoyo para la corporación tuvo la oportunidad de crear su propia academia, “Academia Claudia Mass”. “Son niñas que vienen por gustos musicales como el ballet, danzas contemporáneas y que cuentan con la facilidad de pagar una mensualidad, una inscripción e incluso sus vestuarios y sin duda es otro ingreso aparte de ser profesora de educación física”, añadió.
“Siempre hay que intentar ser mejor”
En el 2015 tuvo la oportunidad de celebrar el triunfo de su segundo Congo de Oro y antes de iniciar la pandemia volvió a tener el mejor puntaje. Consiguió además la Placa a la Excelencia como mejor grupo del carnaval ‘Joselito Carnaval’.
Hoy en día con su espacio de práctica ubicado en Soplaviento, un barrio de Arjona, Claudia se ve como un ejemplo de que sí se puede lograr hasta lo que uno no cree, siempre con compromiso, y disciplina, se alcanza el éxito. Con estos 25 años de experiencia a futuro espera tener reconocimiento a nivel internacional del talento colombiano y sobre todo la capacidad de poder asistir a los eventos fuera del país. Como mensaje a los jóvenes que viven la pasión de la danza, los invita a practicarla, “pero siempre con disciplina y orden, que no sea un medio para estar en fiestas y beber, sino que demuestren su talento, ir a los eventos de las fiestas de noviembre y gozar sanamente para apoyar la cultura. Y un mensaje para los padres, apoyen a sus hijos, ya que el arte y la cultura son fundamentales para abrir puertas y su mentalidad. Siempre hay que intentar ser mejor”, finalizó.
